viernes, febrero 11, 2005

Rebelde, mezquino idioma

Si tú supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo de hierro de la palabra;
si tú supieras que diáfanas, qué ligeras, qué impalpables son las gasas de oro que flotan en la imaginación, al envolver esas misteriosas figuras que crea, y de las que sólo acertamos a reproducir el descarnado esqueleto;
si tú supieras cuán imperceptible es el hilo de luz que ata entre sí los pensamientos más absurdos, que nadan en su caos;
si tu supieras..., pero, ¿qué digo? Tú lo sabes, tú debes saberlo.
¿No has soñado nunca? ¿Al despertar te ha sido alguna vez posible referir con toda su inexplicable vaguedad y poesía lo que has soñado?
El espíritu tiene una manera de sentir y comprender especial, misteriosa, porque él es un arcano; inmensa, porque él es infinito; divina, porque su esencia es santa.
¿Cómo la palabra, como un idioma grosero y mezquino, insuficiente a veces para expresar las necesidades de la materia, podrá servir de digno intérprete entre dos almas?
Imposible

1 Al respecto:

Blogger Hyboreo dijo...

Gustavo Adolfo Bécquer, nada más que decir.

febrero 11, 2005 7:02 p. m.  

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